ADIDAS

viernes, 19 de octubre de 2007

ALQUILER DE CELULARES: UN NUEVO OFICIO


por: Fernando Cachay Villacorta
El alquiler de teléfonos celulares ha surgido como una nueva forma de empleo en un país donde, a pesar del sólido crecimiento económico, aun se carece de oportunidades y puestos de trabajo. El peruano nos demuestra, una vez más, su ingenio para obtener dinero. Sin embargo, este nuevo “recurseo” despierta dudas sobre su origen y del porque de su rápido crecimiento.
Avenida AbancaySon las ocho de la mañana y los diversos centros comerciales de la avenida Abancay van abriendo sus puertas. El congestionamiento vehicular, el correr de los escolares y empleados públicos, son notorios en este céntrico lugar. Asimismo se percibe que diversas personas vestidas con un chaleco y portando un celular en la mano van posicionándose en diferentes esquinas de esta avenida.
Estas personas moviéndose de un lugar a otro ofrecen el alquiler de sus equipos celulares a cualquier individuo que pase por el lugar, inclusive mucho de ellos tienden a quitarse al cliente. Para estos señores no hay horario fijo de trabajo, pues llegan y se van a la hora que creen conveniente, por lo general se les puede observar trabajar hasta las siete de la noche.
¿Un nuevo negocio?
El alquiler de celulares se ha vuelto, hoy en día, en un nuevo empleo para aquellas personas desocupadas. Con el ya popular “a china el minuto, a china el minuto” estas personas vienen invadiendo distintas calles y avenidas de nuestra capital. Este nuevo “servicio” hace que las personas acudan menos a los locutorios o cabinas telefónicas para realizar una llamada, debido al cómodo precio que ofrecen.
Pero, ¿es rentable este negocio?, por lo general estas personas adquieren su ganancia en los minutos o dinero extra que otorgan las dos empresas operadoras de celulares (Movistar y Claro). Los famosos “triplica” o “cargamontones” les permite ganar dinero. Asimismo, no todos estos equipos puestos en alquiler son prepago, sino también postpago, con un cómodo plan tarifário por minuto.
Celulares robados
Pero, también se puede hallar de aquellas personas que, sin pudor alguno, alquilan equipos robados. Según OSIPTEL, solo el año pasado en nuestro país se llegó a extraviar y robar un millón 136 mil 347 teléfonos móviles, de los cuales se recuperaron solo 323,432 aparatos. Cifra alarmante si sabemos que el total de celulares en el país es de 9 millones (3'368.628 de Claro, 5'058.497 de Movistar y 345.354 de Nextel).
Muchos de estos equipos mal adquiridos van a parar a mercados negros como el de “Las Malvinas” donde se modifica su número de serie y se le cambia el Chip para posteriormente ponerlo a la venta. Finalmente llega a manos de otro usuario que pide su activación. Quienes alquilan un celular robado, solo lo hacen por un lapso de tiempo, mientras les dura el saldo, posteriormente son llevados a mercados informales para su venta.
Quizás esta sea una de las causas por las que cada día se ve, en cada esquina de una céntrica calle, a más personas alquilar un teléfono celular. Este problema de robo de celulares tiende a incrementarse año a año. Pasa por no haber actualmente una sanción penal drástica para quienes incurran en este delito. Así como el error en que caen las empresas operadoras cuando reactivan un celular robado.
Para frenar ello, en febrero pasado OSIPTEL y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) reglamentaron la ley 28774 que prohíbe a las empresas de telefonía móvil activar con nuevos números este tipo de aparatos. El reglamento obliga a las empresas operadoras a contar con un registro actualizado de sus abonados que incluyan nombre o razón social, modelo del equipo móvil y serie del mismo.
Finalmente, queda demostrado una vez mas el ingenio de algunos para autogenerarse un empleo. La “viveza” con que operan algunos para poner en alquiler celulares de dudosa procedencia. Pero, como todo “recurseo” esta tal vez tienda a desaparecer, entonces, será momento propicio para que el peruano nuevamente ponga a prueba su ingenio y aproveche la coyuntura para obtener un poco de dinero, que les permita sobrevivir en una ciudad tan difícil como lo es Lima.

TRABAJO ES TRABAJO


por: Ángelo Paucar.
La necesidad de trabajar puede llevar a algunos personas a realizar actividades que en su vida pensaran llevar a cabo, como por ejemplo el de disfrazarse de personajes como Barnie, Timoteo trompita, con el fin de vender caramelos o cualquier otra golosina.

Vestido con un traje de dulopio, con la forma de un elefantito de colores; Doroteo Julia, un humilde vendedor de caramelos, natural de Puno, recorre el jirón de la Unión por cuarta vez, en lo que va del día, y solo ha vendido dos soles.Su persistencia es digna de admiración, lleva puesto el disfraz durante doce horas diarias, con la molestia que causa andar con ello ante este clima cambiante, cunado no se sabe si hará frío o calor.

“No me avergüenza salir así, trabajo es trabajo; peor es estar robando o tantas cosas malas que hacen”, dice Doroteo con voz fuerte, orgulloso de si, con las mirada que tienen los hombres dignos y un rostro sudoroso luego de secarse una parte del traje.

A sus 54 años, Don Doroteo ha realizado diversos trabajos como payasito animando fiestas infantiles, músico en el ómnibus, mozo y otras actividades que ya le resta importancia.Actualmente no cuenta con un seguro de vida y oficio estable. Su único bienes su casa en el Rimac, A la cual llega caminando.

Sus hijos se olvidaron de él, pero aun así no les guarda rencor ni resentimiento y trata de llevar una vida tranquila.Pese a ello, Doroteo saca fuerzas de flaqueza y sigue su vida sin esperar grandes cosas, solo conformándose con lo que la vida le da, pero siempre con la tranquilidad que poseen los hombres honestos y dignos.

"¡PANCITOS CON POLLO!"


por: Cheryl Trejo Risco
Me gustaría ser Presidente de la República”, dice Sergio Hung Querido, con cierto brillo en sus ojos, mientras ofrece los últimos cinco panes con pollo que le quedan por vender.Este joven cursa el sexto año de derecho de la Universidad Nacional Federico Villarreal, tiene 26 años y un gran currículo laboral, sin embargo el trabajo que lo ha consagrado es el de vendedor de pan con pollo ya que lleva en este oficio cinco años.

“Siempre he trabajado. A los 6 años vendía marcianos, a los 10 atendía en la librería de mi mamá, luego con toda la familia nos fuimos a Chile, ahí trabajé en “Mc Donals”, regresamos al Perú y entré a trabajar en una distribuidora de revistas. Ingresé en la Garcilazo también a derecho y empecé a cantar en los micros música de la nueva ola, de Nino Bravo”, señala.


“Antes de empezar a vender, trabajaba en Luz del Sur, en atención al cliente, pero renuncié porque sentía mucha presión”, relata Sergio quien, por su actual trabajo, se ha ganado el sobrenombre de 'pan con pollo'. “No me molesta que me llamen así (…) creo que eso me da publicidad y me hace más conocido”, afirma.De igual forma, manifiesta que el principal motivo por el cual decidió vender este producto fue su pequeña hija de cuatro años. “En ese entonces estaba por venir y necesitaba dinero”.


La decisión
“Eran 70 panes, no tenía la seguridad de que los iba a vender todos, pero los vendí y sólo recuperé lo que invertí (…) Recuerdo que fue en el 2002, estaba en primer año y fue en la cola para las elecciones de la universidad”,relata.


Así mismo, afirma que, a principios de ese mismo año, había una señora que también vendía pan con pollo en la puerta de la Universidad, a quien él siempre le compraba, hasta que un día dejó de ir y, desde ese entonces, continuó con la venta de este producto, pero reduciéndolo a 50 céntimos cada uno. “Si le subo el precio ya no me compran”.


Sergio, se levanta todos los días a las 6 de la mañana, hora en que va a la panadería de su domicilio, ubicado en Jesús María, para comprar de 200 a 250 panes. Cuando ya los tiene listos, los empaca bien y sale de su casa con dirección a la universidad. “Siempre traigo dos mochilas y siempre los vendo todos (…) En promedio me sobraran 30 panes al año”.Sin embargo, asegura que no todo fue color de rosa ya que al empezar en este trabajo - en el Local Central (en la Av. Colmena) - tuvo muchos problemas con el administrador ya que éste le prohibió la venta.


“Me enfrenté a Calderón porque no me permitió vender aquí, me expulsó y me vi obligado a emigrar al local de Economía y Contabilidad (también en la Av. Colmena) hasta que conocí Anexo 8 (en la Av. Colonial)”. Este hecho fue de mucha ayuda para él ya que gozó de dos lugares más adonde ir. “Preferí quedarme en anexo 8 hasta regresar a la Central, ahí tengo más acogida en cambio en Contabilidad el promedio era de un pan por cada 20 alumnos”, subraya.


La venta
“En total saco 100 soles diarios como promedio. En materiales gastaba 35 soles semanales, ahora unos 10 soles más porque todo ha subido de precio. Las cremas las preparo en la noche y las dejo refrigerando para el día siguiente, el pollo también - tengo que comprar de 8 a 10 kilos a la semana lo hecho en una olla grande, lo deshueso y lo desmenuzo (…) Sólo en la mañana armo los panes”.


Sergio llega a las 9:30 de la mañana al Local Central y empieza su jornada. Primero va en caracol por todos los pasillos, desde el primer hasta el sexto piso, realiza este trayecto dos veces. Aproximadamente, a las 12:30, camina en dirección al Anexo y hace el mismo recorrido. “Si hay mucha gente en el patio me quedo ahí hasta que se vacíe un poco”.Comenta que ha implementado sus métodos de venta. “Yo no me quedo en un solo lugar, yo voy a varios lugares y realizo una venta personalizada, hago hasta delivery por que me llaman al celular, me timbran o me mandan mensajes de texto para que vaya a venderles mis panes (…) le saco provecho a la tecnología”.


Frutos del esfuerzo
Sergio asegura que gracias a este negocio, aparte de incrementar su lista de amigos, le otorga una economía relativamente estable. De esta manera, implementó una sala de ensayo con equipos de sonido, amplificadores, micrófonos, consolas, también instrumentos musicales. “Pero tengo que ahorrar al máximo”, como hasta ahora lo sigue haciendo, sin embargo, aparte de los gastos para su almuerzo, sus pasajes, fotocopias, entre otros (máximo 10 soles), destina una parte de las ganancias del día a su pequeña hija.


Por otro lado, afirma que el caminar es un ejercicio obligatorio que tiene que hacer y que en este año ha bajado cuatro kilos de peso “Ahora si me da gusto verme en el espejo”, afirma, “Lo malo es que, a veces, termino cansado de tanto andar, me vence el sueño y, al final, tengo que hacer todos mis trabajos en un día”.


Además, comenta que, al ser este su último año, madura la posibilidad de dejar el negocio. “No lo sé aún, porque un profesor, que me enseña derecho penal, me ha ofrecido prácticas y es lo que necesito ahora”, sin embargo, aún tiene algunas visiones empresariales con respecto a los productos que ofrece. “Si mis panes llegan a pasar los estándares de calidad, si obtengo buena publicidad y una producción masificada; dentro de dos años con la ayuda de una socia voy a vender este producto junto con un néctar, tipo desayuno, en casi todas las universidades de Lima”.


Sergio tiene muchas aspiraciones, quiere ser un abogado muy buscado, reconocido y recomendado, además de ser catedrático de ésta Universidad o de cualquier otra. “Quiero seguir Derecho Penal, es lo que me gusta y, por que ¿no?, me gustaría ser Presidente de la República”, concluye.

EL VALOR DE LA BASURA


por: Katerine Nazario Añorga


En la sociedad limeña actual, -donde los que se equivocan vienen cargando su cruz toda la vida y los pobres son pobres por siempre-, se han dado creado diversos tipos de empleos innovadores, los que en muchos casos son el único medio de manutención familiar. El famoso ingenio de los peruanos y la terrible necesidad se dan la mano formando así el trabajo de los recicladotes.Casi todos los días terminamos de leer el periódico y lo arrojamos a la basura; las cáscaras de la fruta del almuerzo también van al tacho de basura.


Así, generamos 700 gramos de basura diarias, que el camión municipal se encargará de recoger y terminarán en un relleno sanitario de la ciudad.El Perú cuenta con 10 rellenos sanitarios, cinco en Lima y los demás en el resto del país, número insuficiente para tratar los residuos que producen 27 millones de peruanos, que generamos 13 mil toneladas de basura al día.


El 75 por ciento lo recogen los servicios de baja policía de distritos y provincias, y el resto va a parar a los basurales.Es donde comienza el trabajo del reciclado, que confundiéndose entre las toneladas de residuos buscan materiales que puedan ser vendidos y que les produzcan ganancias.EN LAS LOMAS DE CARABAYLLO - Un hedor repugnante cuelga sobre el desierto árido mientras que un camión descarga un montón de botellas, basura, pedazos de vidrio roto y residuos médicos detrás de la casa desvencijada de Enriqueta Ramos.Sus hijas, Katy de 11 y Carol de 8 años edad, empiezan a escoger entre la basura en busca de pedazos de alambre, vidrio, metal, plástico - cualquier cosa reciclable que se pueda limpiar y vender para comprar comida.


"Me he hincado yo misma mucho tiempo," Dice Carol con una sonrisa mientras sus manos asquerosas sacan cautelosamente dos jeringas plásticas, sus agujas afortunadamente removidas."Una vez me corte la vena y la sangre me salio a chorros," agrega ella, recordando un corte en su pie causado por un vidrio roto.


El reciclaje compete a personas como Ramos, de 35 años, quien dice que su decisión de poner a trabajar a sus niños fue cuestión de supervivencia después de que hace ocho años encarcelaran a su marido por vender drogas.Carol ha estado ayudando a su madre a seleccionar la basura hace mucho tiempo, hasta donde puede recordar.


El ambiente es tóxico, los hornos de fundición cercanos arrojan humo cargado de plomo y otros metales pesados. Después de recoger pilas de basura limpia, los recicladores prenden fuego al resto para revelar pedazos ocultos de vidrio o de metal. "Esta mañana me quemé yo mismo con un alambre," dice un hijo de la señora, Guillermo, de 7 años de edad quién cursa el 1er grado.Guillermo dice que él prefiere ayudar a su madre a buscar entre la basura a ir a la escuela a estudiar, lo cuál él dice que atiende en las mañanas.


Como muchos en las Lomas de Carabayllo, la familia de Ramos opera por debajo de las leyes peruanas del trabajo, que prohíben el trabajo de niños menores de 14 años, especialmente en trabajos arriesgados como el del reciclaje.


La mayoria de las 35,000 familias que viven en las Lomas de Carabayllo gana a duras penas el sustento reciclando basura, y muchos otros muchos pagan a los conductores del camión recolector para que descarguen la basura de ocho millones de habitantes de Lima al lado de sus casas, mientras que otros saltan abordando los camiones en movimiento que se encaminan al cercano relleno sanitario de El Zapallal, rellenando sus sacos de reciclables.Usando sus manos desnudas, rastrillos y fuego, los recicladores - muchos de ellos niños - clasifican y tamizan los montículos fétidos en una lucha diaria por alimentar a sus familias.


Lastimosamente como se afirma en lineas anteriores, esto no es una cuestión solo de gente adulta, los niños empiezan a buscar entre la basura a entre las edades de 7 y 10 años, según el Centro de Estudios Sociales y Publicaciones (CESIP), un grupo de protección contra el trabajo infantil, sin fines de lucro.El estudio del CESIP ha encontrado que tanto niños como jóvenes, que trabajan en los montones de basura sufren de infecciones de la piel, diarrea, dolores del cuerpo, dolores de cabeza, los parásitos intestinales son problema crónico."Es cansado hacer reciclaje. Nos enfermamos de muchas cosas, dolores de cabeza, cortes, infecciones. Ya nos hemos acostumbrado", dice Lucia de 12 años frente de su vivienda hecha de ladrillos, trozos de madera y trapos.Para estos peruanos simplemente se trata de una cuestión de supervivencia, y para asegurarse el sustento diario no dudan en involucrar a sus niños en el reciclaje de basura, catalogada como una de las peores y más peligrosas formas de trabajo infantil.


Lima, de 8 millones de habitantes, carece de un plan integral para el tratamiento de tantas toneladas de basura que genera diariamente."Sólo un 2,2% de los residuos sólidos de la región van al reciclaje formal", dijo Diego Daza, asesor regional en residuos sólidos de ese organismo. Se estima que solo en Lima hay cinco mil familias dedicadas al reciclaje informal y en todo el país alrededor de 20 mil. Al preocuparse por esta realidad Albina Ruiz, directora de la ONG Ciudad Saludable, decidió agrupar a los recicladores, constituyendo la Asociación de Trabajadores Informales Ambientales de Recuperación de Residuos Sólidos (Atiarres), que actualmente agrupa a 800 recicladores de 20 ciudades del país.En el ámbito nacional, Ciudad Saludable, junto con los municipios, ha constituido 20 microempresas manejadas íntegramente por ex recicladores informales que hoy trabajan con sus propios triciclos recolectores, protegidos con guantes y mascarillas. Este modelo ha sido exportado a Venezuela y próximamente irá a México y Colombia.


Este ejemplo de superación y conservación del medio ambiente no solo se observa en Lima, también las provincias están en actividad La provincia de Carhuaz (Áncash) y el distrito de Surco (Lima) obtuvieron en 2005 el Premio a la Gestión Responsable de Residuos Sólidos del Conam por aplicar a través de sus planes integrales de residuos sólidos (Pigars), exitosos procesos de reciclaje que también pueden aplicarse en otras ciudades del país.Antes de reciclar, los pobladores de Carhuaz arrojaban la basura al río Santa. Tras implementar un programa educativo de reciclaje, hoy recuperan el 90 por ciento de los residuos, enterrando sólo el 10 por ciento de la basura generada.


En este proyecto están involucrados el 92 por ciento de los carhuacinos, quienes hoy son modelos del manejo de residuos sólidos en el país.Frente a la inadecuada recolección y disposición de la basura, el año pasado el Conam emprendió el sistema de Gestión Ambiental Escolar. En su primera etapa, participaron 62 colegios de ocho regiones del país. A estos pioneros hoy se les llama “escuelas ambientales”.David Solano, del Conam, señala que el objetivo principal es que los niños planteen alternativas de solución a los diferentes problemas ambientales en sus centros educativos, convirtiéndose en verdaderos actores de cambio en su entorno.


La educación en temas de reciclaje resulta clave para el cuidado del medio ambiente. Por ello, también, un grupo de jóvenes de Villa María del Triunfo trabaja proyectos de reciclaje con el fin de mejorar la calidad de vida de su comunidad, organizando a sus vecinos, enseñándoles a reciclar, e invirtiendo el dinero de las ventas de los residuos en obras comunales.Ya que el manejo de los residuos sólidos (reciclaje) contribuye al desarrollo delas sociedades modernas con la mejora de la calidad del entorno.Además, la basura procesada y tratada en plantas de segregación está valorizada en muy altos precios: Los residuos orgánicos (todo lo que se descompone) convertidos en “compus” (abono) pueden costar hasta 200 nuevos soles la tonelada, y el humus (abono combinado con excretas de lombrices), 400 nuevos soles. Los residuos inorgánicos (como el papel y el vidrio), están valorizados en menor costo, y de acuerdo a su peso según los estudios.


El Consejo Nacional del Ambiente (Conam) junto con otras organizaciones no gubernamentales (ONG) trabajan en el tema. La basura no sólo es generadora de contaminación en diversas ciudades sino que miles de peruanos en situación de pobreza extrema obtienen sus recursos económicos de los basurales, exponiéndose a todo tipo de enfermedades y peligros.Joseph Moller es uno de los entusiastas jóvenes de Villa María, quien tuvo la gran idea de organizar hace unos días un concurso de tachos ecológicos en el colegio estatal Juan Valer Sandoval, con el objetivo de que los niños diseñaran con productos reciclados tachos de basura para sus salones.La población informada va entendiendo que las iniciativas de reciclaje podrán contribuir con una adecuada gestión ambiental en todo el país.

COMERCIO EN AVIACIÓN

por: Carmen Peña Huaringa.

Carlos Fuentes, hay que aclarar que no es el escritor mexicano y ni tampoco se dedica a las letras, sino que es un agricultor que escapando del terrorismo llegó a Lima y un familiar le enseñó a vender autopartes y lo podemos ver a diario ofreciendo su mercadería en la cuadra 4 de la avenida Aviación.

Cuando nos presentamos nos mira con desconfianza y trata de evitarnos, pero lo explicamos que solo queremos conocer como se gana la vida para mantener a su familia.“No son de la policía ¿no? Porque ellos creen que nosotros somos los ladrones de los autopartes. Nosotros, aquí en Aviación solo la ofrecemos y cuando se interesan los llevamos a los talleres para que les arreglen sus carros. Pero no somos rateros”, nos dice mientras mira con atención los autos que pasan y levanta sus manos ofreciendo en venta un espejo retrovisor.


Nos cuenta que tiene 35 años, de los cuales lleva allí trabajando diez, que a diario gana entre 10 a 20 soles, pero que hay días que saca hasta 30 soles cuando se lo llevan a un taller como ayudante. “Tengo dos hijos y están en el colegio, vivo en el Cerro San Cosme y mi esposa vende verdura picada en el mercado Jorge Chávez, podemos mantenernos, pero a mi hijo mayor que ya tiene 13 años lo estoy trayendo para que conozca el negocio y que se meta a estudiar mecánica”.


Carlos Fuentes es uno de tres mil personas dedicadas a la venta ambulatoria de autopartes, según las estadísticas de la División de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) que a diario informan que entre 10 a 15 autos son robados en Lima y que muchos de ellos son desmantelados para luego comercializar sus piezas como repuestos en la avenida Aviación, y San Jacinto, en la Victoria, así como en el mercado “La 50”, en Independencia.“Yo me vine de Ayacucho porque los “terrucos” (terroristas) me amenazaron porque yo no quería entrar a pelear con ellos. Me dijo mi mamá que me venga a Lima, yo tuve que dejar mi chacra tenía 22 años, estuve tres años en diferentes trabajos, hasta que mi primo me enseñó a vender repuestos y también sé algo de mecánica. Los años te hacen conocer”, nos dice.
Nos cuenta que la policía hace operativos, pero siempre se “arregla” con ellos soltándoles un “sencillo”, “a veces le damos cada uno 5 soles y como somos 15 a 20 se lleva buen billete. Pero nosotros solo somos los “jaladores” porque a mí, por ejemplo, los repuestos me los da “Lucho”, quien tiene su taller, y él compra los accesorios a otro a quien además le hace pedidos de sus clientes”.
La policía durante el año ha realizado 220 operativos en San Jacinto, Aviación y La 50 recuperando 20 mil repuestos, ha capturado 65 bandas de robacarros, y recuperaron mil 500 autos de los tres mil 200 que los delincuentes han robado a mano armada y hasta asesinando taxistas.
“Aquí nos vienen a hacer pedidos de bastantes repuestos y los dueños de los talleres nos dan de 2 a 3 soles según el cliente que le llevamos, pero a veces ellos son los que sorprenden a los choferes a quienes les dan un precio y cuando les arreglan el carro les piden otra cantidad de dinero. Pero nosotros solo le hacemos el contacto, yo no engaño a nadie”, nos dice mientras termina la entrevista para irse corriendo hacia un auto que se ha detenido a preguntarle por el espejo que lleva en la mano.

UN CABELLO VARIAS UTILIDADES

por: Rocío Villalobos


La creación de pelucas naturales a través de la venta de cabello se ha convertido en una nueva opción de trabajo.



Carla Pérez es una asidua cliente de una conocida peluquería de Jesús María, siempre que se encuentra en el lugar es la más emocionada y no pierde tiempo en probarse ya admirar las hermosas pelucas de todos los colores que le da su estilista.


Mientras, en otro lugar de la capital, María Teresa, acaba de acomodarse la cabellera postiza, se dispone a salir, pero no puede dejar, a sus tan solo 21 años, de contemplar su imagen en el espejo, se seca las lágrimas que empiezan a brotar de sus mejillas, se resigna, se acomoda otra vez el peluquín y se dirige a su sesión de quimioterapia.Ambas tienen algo en común, dependen del mismo objeto, pero distintas las razones, mezclando la vanalidad y el uso forzoso.


El uso de pelucas se ha incrementado en los últimos cinco años; el 30 % de personas las utiliza para cambiar de imagen o tener una apariencia más acorde con la moda, y el 70 % para cubrir la falta de cabello debido al a alopecia, ausencia de cabello, debido a tratamientos de enfermedades oncológicas , como la quimioterapia o radioterapia.


Esto ha ocasionado una gran demanda por parte de las peluquerías en la compra de cabello parta realizar los postizos. Para ello las personas que ofrecen su pelo deben cumplir con ciertos requisitos indispensables: tenerlo en buenas condiciones, que no estén entrecortados, porque dificultad el proceso de tejido, no tener algún tipo de compuesto químico, como son los tintes o líquidos para ondulaciones, y sobre todo cumplir con el ciclo normal del crecimiento capilar.


En Lima, existen varias peluquerías y casa especializas en preparar los postizos. Estos se elaboran de acuerdo al volumen y largo que desea el cliente, primero se seleccionan las mechas de los cabellos y se tejen en mallas especiales para obtener la forma deseada.


Las mallas cumplen una labor trascendental, porque de ellas depende la duración y la calidad de las pelucas. En el mercado nacional existen tres tipos, las de poliéster, que son las más invisibles, pero las menos resistentes. También están las de poliuretano que son muy prácticas porque no requieren adhesivos tan fuertes; al mismo tiempo son las más detectables. Y por último las de nylon que tiene una vida más útil y duradera. Los dos primeros tipos de mallas son utilizados para pelucas de uso estético y la última para las personas que han perdido gran parte de su cabello.


El costo de las pelucas, varían de acuerdo a la cantidad de cabello (extensión y volumen), modelo y más aún el lugar donde se adquiera. Sus precios oscilan desde las más baratas entre 150 a 250 soles y las más caras entre mil a tres mil soles. Estas son adquiridas usualmente por las personas con cáncer.

PERÚ PIRATA

por: Christian Yantas Hinostroza.

Desde un punto de vista empresarial, la piratería es el principal enemigo a quien se debe enfrentar y aniquilarlo hasta desaparecerlo, pero si lo observamos de manera educativa y de entretenimiento, la piratería en nuestra conexión al mundo exterior.

Quién no a tenido en sus manos las última película de estreno a solo dos soles?, ¿Quién no a disfrutado uno de los libros del gran Gabriel García Márquez a solo cinco soles? ¿Quién no ha comprado cualquier artículo de menos precio que el original? Solo usted tiene la respuesta.


Sí amigo lector, estamos hablando de la piratería entendida como la actividad ilícita de quienes sin contar con la debida licencia o autorización del autor, o sus representantes, realizan reproducciones de ejemplares que se encuentran protegidas por
el derecho de propiedad intelectual.Una de las causas que dieron origen a la piratería es que, a pesar de la existencia de una legislación que protege el derecho de autor y la propiedad intelectual, no se castiga con sanciones drásticas y efectivas para estos delitos, en la actualidad en nuestro país no se ha registrado ningún caso de una persona condenada a prisión efectiva por el delito de piratería editorial.


En los años ochenta nuestro país no se hallaba abierto al libre comercio, la piratería encontró dificultad de acceder a las obras digitales y físicas que provenían del exterior, acompañado este del alto costo del ejemplar lícito y por el tardío ingreso de la obra al mercado, ya en los noventa teniendo la tecnología y la globalización de la mano, los costos de reproducción, impresión, grabación disminuyeron, esto incentivo a los piratas recurrir a este ilegal oficio.


El corazón de la piratería es el centro comercial “El Hueco”, y a pesar de ser intervenido innumerables veces por la policía capitaneada por Indecopi, siempre ha resurgido como el ave fénix, pero no es el único lugar donde se exhibe, ella es propagada y vendida en toda Lima en nuestra capital las zonas más conocidas son el jirón Amazonas, Av. Grau, Jr. Quilca, Jr. Camaná y la Av. Venezuela.


A pesar de ser un acto satanizado, esta acción ilícita en la actualidad ofrece trabajo a muchas personas de condiciones humildes. Un gran ejemplo es el “El Hueco”, que alberga a miles de personas que trabajan ilegalmente. Eva, dueña de uno de los tantos puestos del centro comercial, comenta que antes de dedicarse a la venta de DVDs piratas se dedicaba a vender caramelos en los carros. Ella era el único sustento de sus cinco hijos. Una vecina muy caritativa le ayudó a adquirir un local. “fue muy duro, en un primer momento no tenía un rumbo fijo, no sabía si al día siguiente daría de comer a mis hijos, pero a través de doña Meche pude salir adelante vendiendo DVD”.Así como Eva las historias en este lugar son muy parecidas en la que los une una meta: Tener el bienestar familiar.


Según la investigación de Indecopi la mayoría de los centros de venta de estos artículos informales son negocios familiares, por otro lado, también existe el vendedor informal que proviene de cualquier otro mercado, que juntó capital para invertir y decidió incursionar en este negocio. Cabe señalar que más del 90% de las empresas en el Perú, son informales.


El número de empleados que genera solo el sector informal librero en Lima sobrepasa los 6000, y se calcula que existen alrededor de 200 vendedores ambulantes de libros piratas alrededor de la ciudad. Estos vendedores ambulantes se encuentran diseminados en las principales arterias de ciudad. Las principales locaciones son las salidas de los centros comerciales, los cruces de las avenidas; las afueras de las universidades públicas y privadas y las de los institutos superiores, etc.


Los grandes centros de distribución de piratería se encuentran en Lima Metropolitana, especialmente, en el Jr. Amazonas y el Jr. Quilca, donde si bien no se expenden libremente, se les puede reconocer como los puntos en donde se realizan los acuerdos de comercialización mayorista.


También se puede observar vendedores que se acercan a los puestos a ofrecer libros piratas. Este sería el mecanismo menos riesgoso para realizar la venta, ya que no se manejan grandes volúmenes que pueden llamar la atención de las autoridades.Por otro lado, otro centro de distribución de mercadería ilegal se encuentra en la Av. Grau, donde también se expenden diferentes tipos de mercadería: ropa, electrodomésticos, zapatos, mochilas, y libros de viejo, así como libros piratas, DVD piratas, cuyos precios son similares a los encontrados en Jr. Quilca y Jr. Amazonas.


No se conoce plenamente la red de distribución de libros piratas, pero según la información obtenida en decomisos e incautaciones se ha encontrado que, por ejemplo, un gran centro de fabricación de piratería puede producir hasta 40 mil libros por semana. Esto brinda indicios de que el nivel de piratería es medianamente tecnificado, especialmente para el caso de los libros de interés general como los best seller de literatura y los libros de autoayuda.


Sin embargo, el tiraje promedio por libro que no es best seller estaría bordeando las mil unidades.Según la administradora, Angélica Sybila, las pérdidas por piratería de software ocasionan un gran impacto económico en los países de la región y en todo el mundo. Cada copia de software utilizada sin la licencia apropiada cuesta ingresos fiscales, empleos y oportunidades de crecimiento para mercados de software que están en desarrollo.


La tasa de piratería en el Perú fue del 78% en el 2005, cinco puntos porcentuales más que en el 2004, y las pérdidas por piratería de software ascendieron a 39 millones de dólares. Estos son algunos de los hallazgos de un estudio de piratería mundial de software publicado por la Business Software Alliance (BSA), asociación internacional de desarrolladores de software.


El Perú se encuentra entre los cinco países con tasas de piratería mayores a la tasa latinoamericana, fijada en 66% por el estudio de IDC, que generó pérdidas por 1.546 millones de dólares. "En el Perú, siete de cada diez copias de software en uso hoy en día han sido obtenidas ilegalmente", dijo el presidente y CEO de Business Software Alliance, Robert Holleyman.En la actualidad la piratería ayuda a obtener trabajos a miles de personas de condición muy humilde que les brinda una estabilidad económica en su hogar, otros aprovechan la coyuntura e invierten grandes sumas de dinero para lucrar con el esfuerzo creativo y inventivo de las personas.


Si la piratería desapareciera, los productos extranjero (libros, CDs, Software, etc ) llegaría a un precio muy alto y seria difícil de conseguirlo y consumirlo, pero si se sigue recurriendo a este acto informal, el país seguirá perdiendo anualmente miles de millones que ofrecerían oportunidades de trabajo en todo el país. Entonces ¿Qué hacer cuando estamos frente de un libro o CD de nuestro interés y sabemos que es pirata?